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URGENTE: Los amigos del ministro José Manuel Albares 20 May, 2024

Posted by Domingo in Relaciones Internacionales, Soberanía.
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Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jos%C3%A9_Manuel_Albares_2023_(cropped).jpg

El pasado 8 de mayo Pablo Bustinduy (ministro de Asuntos Sociales, Consumo y Agenda 2030) envió una carta a las empresas españolas que trabajan en o con Israel. En ella les requería tres cosas. Primera, adoptar las medidas oportunas para evitar que sus actividades contribuyan a las violaciones de los derechos humanos contra el pueblo palestino que está perpetrando el Estado sionista. Segunda, rendir cuentas a las autoridades españolas sobre la efectiva aplicación de esas medidas. Y tercera, informar a sus consumidores con respecto a todo ello.

Lejos de ser un capricho o una decisión arbitraria, Bustinduy actuó cumpliendo las normas internacionales a las que está supeditado el Estado español. Una de ellas es la orden de la Corte Internacional de Justicia del 26 de enero pasado que obliga a los gobiernos, y a sus empresas y ciudadanos, a no contribuir directa o indirectamente a la vulneración de los derechos humanos en Palestina. Otra es una serie de resoluciones de la ONU instando a sus Estados miembros en el mismo sentido. Y asimismo Bustinduy obró de acuerdo con una Directiva de la UE del año 2017 que obliga a las empresas europeas a respetar los derechos humanos y a informar a sus clientes acerca de cómo garantizan ese respeto.

La Embajada israelí en España reaccionó a la carta de Bustinduy como era de esperar. En un comunicado negó el genocidio y acusó al ministro de “dar alas a Hamás” y de “alentar el antisemitismo”. Sin embargo, el ministro español de Exteriores no actuó como debía. No respondió a dicho comunicado y mostró su sorpresa por la iniciativa de su compañero de Gobierno, añadiendo que “Israel es un Estado amigo”.

El 28 de enero de 2015 ese Estado amigo asesinó con un disparo de artillería al cabo español Francisco Javier Soria Toledo, integrante de la Fuerza Interina de la ONU en el sur del Líbano (FINUL). El Ejecutivo israelí aseguró que había sido un error de sus artilleros en medio de un intercambio de fuego con los milicianos de Hezbolá, y el español (dirigido por M. Rajoy) dio por buena esa explicación. Pero varios militares españoles del arma de artillería lo negaron rotundamente: no fue una muerte accidental.

El 8 de febrero de 2023 un escolta de la embajadora israelí en España esgrimió una pistola y amenazó con ella a un grupo de estudiantes y activistas propalestinos que protestaban por la presencia de esa diplomática en un acto de la Universidad Complutense de Madrid sobre los acuerdos de Oslo (incumplidos sistemáticamente por el Estado sionista). Días después, la brigada de información terminó sus investigaciones identificando al pistolero; y nadie se atrevió a expulsarlo del país. Sin embargo, durante la protesta la policía detuvo a dos manifestantes: eso fue todo.

Entre 2020 y 2021 los teléfonos móviles del presidente Sánchez y de tres de sus ministros fueron infectados con el programa de espionaje Pegasus, desarrollado por la empresa israelí NSO GROUP. Esas intrusiones tuvieron un éxito desigual, si bien sus autores consiguieron extraer del dispositivo de Sánchez 2,57 GB en una ocasión y 150 MB en otra posterior. Una vez iniciada la investigación judicial en la Audiencia Nacional para identificar a los autores, el magistrado José Luis Calama se vio obligado a sobreseer el caso provisionalmente debido a la “absoluta falta de cooperación jurídica de Israel”: sus autoridades ni tan siquiera contestaron la comisión rogatoria enviada por el juez Calama.

Seguramente los tres casos anteriores no son un motivo suficiente para romper relaciones diplomáticas con Tel Aviv. Pero juntos constituyen un motivo más que sobrado para no considerarlo un Estado amigo. Además, Albares sabe muy bien que Israel es un Estado supremacista, terrorista y genocida que incumple sistemáticamente las resoluciones de la ONU. La última vez que España tuvo un país amigo con esas características fue entre 1936 y 1945. Durante ese periodo la España franquista mantuvo estrechos lazos económicos, diplomáticos y militares con la Alemania nazi. Y ambos regímenes fueron y siguen siendo profundamente despreciables. ¿Cuánta simpatía siente Albares por ellos?

Domingo Marrero Urbín

(Colaborador de O Olho da História entre 2005 y 2018)

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